Inspiración

Es curioso que la palabra “inspiración”, que sirve para describir un estado que nos permite crear algo, desde nuestro intelecto o desde nuestro corazón, usando técnicas o no, materiales de todo tipo y color, gusto, tacto, olor o sonido, sea la misma que describe la acción de llevar aire a nuestros pulmones.
Es curioso y no tanto, porque el oxígeno, que está en el aire con muchas otras partículas, nos permite vivir y de otra forma, no podríamos ni siquiera agarrar un pincel. Permítanme jugar con un poco con la obviedad y ser algo coloquial.
¿Es parte de la creación el acto de inhalar? El recién nacido lo necesita una vez que sale del vientre materno. La inspiración se convierte en vida y es una necesidad. No deseamos inspirar para introducir aire en nuestros pulmones, lo hacemos como un acto instintivo.
¿Por qué entonces llamamos inspiración (del artista) a un acto que no necesariamente necesitamos para vivir? O sea tal vez que si lo necesitamos para poder desarrollar una parte importante de nuestras vidas. Y no necesariamente tenemos que brillar para que eso ocurra, eso es cosa del ego. Aquí estamos con nosotros mismos, en el acto de creación estamos totalmente solos.
La expiración será entonces el acto de crear en sí mismo, cuando uno devuelve el aire en parte transformado. Habrá menos oxígeno y más dióxido de carbono, muy bueno para las plantas. Cuando uno expira devuelve, cuando uno crea devuelve lo que inspiró. Entonces el crear no sería un acto generoso, sino un acto al que se está obligado, casi instintivo, como sacar el aire de los pulmones.
Pero también lo podemos ver como una ida y vuelta: tomo y doy, doy y tomo.
¿De dónde sale la inspiración del artista? No lo sé. En realidad tampoco me interesa mucho de dónde sale, sino simplemente que salga. ¿De dónde toma el artista el oxígeno para su creación? Tampoco lo sé, pero vamos a intentar una aproximación.
Los estados de ánimo son una fuente de inspiración. Puedo estar triste y escribiré poemas, puedo estar alegre y pintaré cuadros, puedo estar deprimido y tomaré pastillas… Alto! No hay artista exitoso que no haya generado sus mejores obras en un estado de depresión…
Esto no es cierto… o si lo es, tal vez, pero lo acabo de inventar y suena interesante.
Ese estado en el que nos sentimos desfallecer y que nos permite ver cosas que de otra forma no vemos. ¡Eso es! El oxígeno que ingresa en los pulmones del artista, o del que va a serlo y no lo sabe, genera una visión interna, que puede tener muchas formas y que produce el estado de creación.
Tal vez es verdad lo que atribuyen a Picasso, eso de “la inspiración tiene que encontrarte trabajando”. 50% inspiración y 50% trabajo.
Pero sin lugar a dudas, y para no hacerlo muy largo, el amor es el combustible más poderoso para el artista. Lo puede llevar hasta los confines de la creación, levantar los muertos, abrir los cielos y darnos la oportunidad de sacar de nosotros lo mejor que tenemos.

Desde bambalinas

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Algunas ideas sobre minería

Quisiera resumir algunos puntos que me parece importante incorporar al debate de la minería como ideas de trabajo, de forma de no redundar en todo lo dicho, sino más bien aportar algunas ideas que seguramente están en el inconsciente y el consciente colectivo.

Problema 1: Falta de control por parte del Estado.

Algunas ideas:

  • Fortalecer los Estados provinciales a través de cursos y mejoras salariales provenientes de presupuestos públicos (esto se hace y se ha hecho a medias con proyectos y créditos internacionales).
  • Control de la gestión propia de las empresas (dentro de las empresas mineras hay profesionales comprometidos con el cuidado del ambiente).

Problema 2: el famoso cianuro

Algunas ideas:

  • Fortalecer los organismos tecnológicos (ej: Intemin o INTI) para la búsqueda de nuevas tecnologías menos contaminantes. Hay algunas iniciativas institucionales y hasta personales, que por falta de incentivos no prosperan.
  • Obligar a las empresas a tener oficinas de I+D con una fuerte orientación a tecnologías menos agresivas con el ambiente (muchas lo hacen, pero con secreto de sumario).

Problema 3: drenaje ácido (para mi el mayor y más difícil problema.

Algunas ideas:

  • Aquí no queda más que contener este drenaje como se hace con los diques de cola, con un esfuerzo económico mayor por parte de las empresas.
  • Quizás al principio compartir el costo a través de una desgravación impositiva.

Problema 4: el comodity se nos escapa de las manos

Algunas ideas:

  • Hubo en los años noventa una iniciativa de una refinadora de cobre, pensando en los futuros emprendimientos y que en ese momento no daban los números estando en explotación sólo Alumbrera. Esa presentación se hizo en la Cámara de Comercio. Hoy creo que podríamos estar cerca de que una empresa de esas características fuera rentable y qué pasaría si fuera nacional?
  • Ya hay varias iniciativas de provincias mineras para tener su propia empresa minera. Recuerden que la mayoría (sino todos) los yacimientos en actividad o factibles fueron descubiertos y hasta desarrollados por el propio Estado Nacional o Provincial, en el caso de Santa Cruz con Fomicruz).

Primeras conclusiones:

Como ven, para cada problema hay varias soluciones, o quizás no soluciones sino mesas de debate orientadas a una solución y estoy seguro que me estoy equivocando o siendo reiterativo en algunas. No es fácil, pero la única forma de avanzar en este sentido es sentándonos en la misma mesa a pensar, aunque discutamos acaloradamente.

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Minería: una de cal y otra de arena

La minería es una industria extractiva que impacta en el ambiente en el que nos movemos. Existe desde que el hombre es hombre, desde el momento en que tuvo que ir a buscar algo con qué cazar de forma más efectiva. Uno piensa: hace miles de años, el hombre estaba más cerca de la naturaleza, y es verdad. Pero cuál sería el impacto de sacar una piedra para cazar de un lugar si en lugar de unos pocos miles, fuéramos los 7.000 millones de habitantes que somos hoy en el planeta?

Quiero hacer un pequeño resumen de varios puntos que conozco y de los cuales tengo información fidedigna. Los llamo una de cal y otra de arena, a favor y en contra, cosas que la minería impacta, lo que se gana y lleva y por el otro el esfuerzo que significa ser un empresario minero.

Algo muy importante es aclarar el carácter de riesgo que implica un emprendimiento minero. La jugada de la minería es esa:

ALTO RIESGO = ALTAS GANANCIAS = ALTAS PÉRDIDAS

Empecemos.

Una de cal: El impacto que produce una explotación a cielo abierto en un yacimiento diseminado es innegable (Ejemplos en Argentina: Alumbrera, Cerro Vanguardia, Veladero). A esos datos, que son realmente impresionantes, se los puede manejar para decir por ejemplo que se usan 300.000 litros de agua por día, pero no se dice que en parte es un circuito cerrado con recuperación del agua de proceso, con lo cual no significa que extraes esa cantidad y la tirás envenenada, sino que vuelve al sistema una vez que ha sido tratada y filtrada.

Una de arena: Por el otro, las regalías son apenas de un 3%, comparado con el 35% de retenciones a la soja. Esto está avalado por la Ley de Inversiones Mineras que estabiliza un proyecto minero por 30 años. Esto significa que no podés cambiarles las leyes con las que comenzaron, no significa que no pagan IVA, Impuestos a las Ganancias, Regalías, etc. Las minera PAGAN sus impuestos como cualquier industria.

La Ley de Inversiones Mineras Nº 24.196 tiene estos puntos sobresalientes:

  • otorga estabilidad tributaria por 30 años,
  • tratamiento impositivo diferenciado,
  • exime del impuesto a los activos,
  • eliminación del gravamen,
  • regalías máximas del 3 %,
  • capitalización de las reservas.

Cabe aclarar que algunas exportaciones mineras vienen pagando entre un 5% y un 10% de retenciones a las exportaciones desde 2002.

Una de cal: Del total producido, aproximadamente el 52% queda en el país en forma de impuestos y pago de servicios, proveedores, etc. Mientras más alto está el precio del oro, mayor es la ganancia, obvio.  Ésto significa que aproximadamente la mitad del total producido queda en el país.

Una de arena: No hay forma de cambiar las leyes salvo que se pongan de acuerdo para derogar la Ley de Inversiones Mineras, que beneficia la minería por su estabilidad! Da ciertos beneficios, pero no es un regalo.

En otras palabras, las empresas mineras han sido ampliamente beneficiadas con estas leyes, cuando el oro estaba a 200 USD/oz o menos (http://www.kitco.com).

Hace 10 años atrás las ventas anuales, en el caso de la Alumbrera, fueron de casi 9 veces menos que la de hoy (alto riesgo = altas ganancias = altas pérdidas). Si bien el costo de producción, bienes operativos y de capital también ha sufrido aumentos, la ganancia fue sideralmente más baja.

Una de cal: En general, de 100 proyectos mineros que comienzan, sólo uno llega a final feliz. Supongo que ese puede ser uno de los motivos por los que no hay argentinos invirtiendo en minería metálica a gran escala (oro, cobre, plata, molibdeno, plomo, zinc, etc.) y los pocos que hubo (Pérez Companc, Macri y otros pocos), ya no invierten más. Otro motivo no menos valedero es la falta de acceso a capital de alto riesgo.

Algunos de estos empresarios se pasaron a la soja que aunque se lleve el 35% de retenciones, es un negocio más estable y también muy rentable.

Por todo lo expuesto y sin tener en cuenta que la sociedad de hoy depende de los minerales para ser como es y funcionar como funciona, la minería no es un monstruo. Pero el país debe rever las condiciones legales ya que los precios de los metales han cambiado y no puede ser que las mineras no compartan ésto con quien es dueño del recurso: la provincia, el país y en definitiva sus pobladores. Algunos países han adoptado regalías escalonadas en función de los precios alcanzados por los metales.

Algunas ideas

Los empresarios mineros deben sentarse a conversar y de motu proprio ceder parte de esas ganancias siderales que hoy están obteniendo. Por otra parte, ya fueron debidamente beneficiados cuando los precios no eran convenientes. El día de mañana, si el oro baja, podrían cambiar nuevamente (aunque la experiencia de la soja no indique esta situación).

La seguimos? El próximo tema podría ser el cianuro, uso en minería y los códigos internacionales a los que la industria minera se somete para su utilización.

Marcelo Ferrero

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La leyenda de Bilea

En las largas noches del invierno rumano, los hombres y las mujeres se juntan a contar historias. Apretujados alrededor del fuego, disparan toda clase de cuentos y leyendas, algunos ciertos y otros alimentados por la propia magia que genera ese momento tan especial.

El fuego llama al silencio, a indagar en lo más profundo de cada uno y es allí donde es imposible diferenciar entre la realidad y la fantasía. Al fin de cuentas, qué diferencia existe hoy si una historia fue real, escrita en las rocas o bañada por la luz de la luna, o si fue el fruto de una mente fértil, inspirada en el amor o en la desesperación. Son los momentos de quietud donde la chispa de la inspiración nace, como si se contagiara del fuego amigo, que calienta los cuerpos y los refugia de la fría noche invernal.

Fue en una de esas noches cuando tocó la puerta de la reunión un forastero al que nunca nadie había visto jamás.

La hospitalidad rumana sólo es comparable a la de los árabes del desierto, que son capaces de sacrificarse a sí mismos si es necesario. Como si de un amigo de antaño se tratase, el forastero fue recibido por el grupo reunido aquella noche.

Se sentó en silencio, agradeciendo con la cabeza la comida caliente y la fuerte bebida que le brindaron. Hambriento llegaba, de varios días sin probar bocado y fue tomando lentamente la comida, respetuoso de sus anfitriones y de sí mismo.

Comenzaron algunas historias a ser contadas, tímidamente al principio y con mayor énfasis a medida que el efecto del alcohol se hacía notar. Nunca faltaba el buen vodka destilado según antiguas técnicas de abuelos, bisabuelos y más allá.

Hubo entonces un momento de silencio, donde son los ángeles los que sobrevuelan el espacio entre palabra y palabra. Fue un silencio de paz, un silencio que precede un acontecimiento, un silencio que permite la reflexión más profunda, un silencio que nutre la palabra salida del propio corazón.

Como si un imán las hubiese impulsado, las cabezas de todos los presentes giraron hacia el forastero, con los ojos entornados, sólo iluminados por los chisporroteos del fuego. Y en el fondo del lugar, en un pequeño rincón del espacio prestado, con su pipa encendida, el hombre los miró tiernamente, comprensivamente. Había esperado mucho tiempo para poder transmitir su saber, su historia y su momento había llegado.

El instante previo a que la primera palabra saliera de su boca fue el instante en que los cielos se abrieron, los portales lentamente levantan sus sellos, las cadenas cayeron al piso y la palabra, proveniente del corazón, hizo su aparición como forma palpable de esta humanidad que nos precede en miles de siglos. Sus ojos se elevaron y brillaron con luz propia, una luz azul que provenía de su propio cielo interno.

“Los antiguos habitantes de este lugar conocen,” dijo, “o conocían antes de haberlo olvidado, la historia que está encerrada en las profundidades de este lago”.

Aspiró la pipa y dejó escapar el humo por la comisura de sus labios.

“Hace muchos años atrás, las aguas que cubren el lago no habían caído aún. En lugar del lago había un pequeño pueblo habitado por gente que vivía de sus cosechas y de sus animales. Que no tenían más aspiraciones que vivir suavemente su pacífica existencia, sin más contratiempos que esperar la correcta lluvia, que permitiera el crecimiento de sus cosechas o el calor del sol que dejara tomar de la tierra el fruto de su trabajo.

“Había en ese pueblo una mujer, amante de la vida, que disfrutaba cada instante de sus días en la forma que se presentaran. Su estilo no concordaba con el del resto de los habitantes del pueblo y era vista de forma prejuiciosa. A veces, lo que parece paz, puede que sea resignación.

“La actitud activa de esta mujer, que buscaba respuestas en las flores, en los insectos, en las piedras o en la forma de la nieve del invierno, trastocaba la tranquilidad de la aldea. Durante muchos años, los hombres y mujeres del pueblo habían vivido plácidamente sin ser molestados por extraños procederes.

“Esta mujer, en edad de ser madre, buscaba una forma de expresión diferente al resto y hacía que los viejos del lugar, de una u otra forma desearan que esto no continuara.

“Se hablaba mucho de ella y por momentos era el único tema de conversación de las comadronas y de las tertulias de los hombres. Estos últimos eran escuchados  por un hombre joven, de aspecto vivaz y de espíritu fuerte. Capaz de volar si fuera necesario, capaz de desafiar un tornado para llegar a su destino, pero que en su silencio no era comprendido por su entorno.

“Se lo veía como un personaje extraño, se lo aceptaba como se acepta lo que no puede ser comprendido con cierta resignación y desconfianza. En lo profundo de su corazón, él sabía que tarde o temprano se produciría un encuentro. No quería generarlo  por miedo a romper el encanto de lo mágico, pero también temía que su momento pasara.

“Poco a poco, se fueron tejiendo esos hilos que permiten que un hombre y una mujer se encuentren. Los dichos de la gente no dejaban lugar a dudas de cuál sería el destino de aquellos que se atreviesen a trocar el orden establecido.

“Cierto día, a la orilla del río que atravesaba la aldea, se encontraba ella, sentada sobre una verde alfombra de tréboles, cuando atinó a pasar por allí nuestro hombre. El momento esperado se produjo y como si de un relámpago se tratase, el contacto se realizó. Un cruce de miradas bastó para que ambos comprendieran lo que para ellos estaba reservado. También hubo, en ese instante, como un llamado a abrir puertas. El cielo tomó nota de ese encuentro y comenzaron los preparativos. Ese encuentro no pasó desapercibido para el resto de los habitantes del lugar. Cualquier acontecimiento que no fuera digitado por los consejos del pueblo estaba destinado, decían las leyes del lugar, al más completo de los fracasos. Así era desde tiempos inmemoriales y seguiría siendo.

“Siguieron días tranquilos, pero los planes de acción ya estaban siendo desarrollados mientras ella y él comenzaban su propia historia. Alejados de toda sospecha, sentían la libertad en su piel, en su mente y en su corazón.

“Toda historia tiene sus luchas y la que cuento no está exenta de ellas. Se libraba en el mismo centro del pueblo y en el corazón de nuestros amantes. Al cabo de unos meses, el fruto de ese amor crecía en el vientre de ella, tomando lo mejor, ampliando el sentido de la vida, profundizando en el conocimiento de lo ancestral, generando una revolución, que era percibida por la gente del pueblo como una amenaza.

“Poco faltaba para el momento del nacimiento y el plan había sido trazado. Todo estaba preparado para que lo que naturalmente debía ocurrir, como ocurre desde tiempos inmemoriales, no tuviera lugar. Pero el cielo también tenía sus planes. Desde un lugar atemporal, donde las almas toman su lugar eligiendo espacios en la tierra, ya el momento, el lugar y la gente habían sido elegidos.

“Esa tarde, una tarde apacible en principio, comenzó a llover. Llovió de una forma que las gentes no conocían, porque jamás había caído agua de esa forma y en esa cantidad. En el lugar elegido, una mujer pujaba y un hombre, a su lado, soltaba dulces palabras, de aliento y de amor. Fue en ese momento en que las puertas se abrieron.

“Algunos pensaron que el cielo se caía, quizás por causa de la lluvia, que no paraba y que parecía que generaría otro diluvio universal. Otros pensaron que no era el cielo, sino el infierno el que por fin hacía su aparición entre los mortales. Estos no estaban muy lejos de su verdad, pero el que se mostraba era su propio infierno interior. Unos pocos vieron lo que realmente sucedía y lo relatarían más adelante como si de un sueño se tratase.

“’Ángeles, ángeles!’, dijeron, como balbuceando palabras incongruentes. Pero la verdadera historia sería contada más tarde por los propios protagonistas de la historia y ellos la transmitirían de padres y madres a hijos e hijas, nietos y nietas.

“Sólo fueron un par de ángeles, de esos verdaderos, de los que hacen su aparición pocas veces a la tierra, cuando la verdadera necesidad supera el deseo de su presencia. Entre sus brazos traían un alma, que cuando se hizo habitante del cuerpo elegido fue llamada Bilea, que significa ‘traída por los ángeles’ en el idioma del cielo. En el momento en que tocó tierra, en ese preciso momento en que el milagro de unión de un alma y un cuerpo se produce, un estruendo sacudió la montaña. Fue como si la tierra se rasgara, junto con miles de millones de gotas de agua que seguían cayendo sin parar.

“Ellos, junto a su pequeña recién nacida, subieron a la balsa preparada con esmero y con predestinación. Subieron con su pequeña Bilea y dejaron que la corriente los llevara hacia donde los ríos se juntan con el mar. Detrás de ellos, una pared se alzó, un pedazo de montaña se cerró y poco a poco el agua fue cubriendo el pueblo. Muchos escaparon hacia las montañas, otros quedaron atrapados en las redes de sus telarañas y apenas unos cuantos siguieron a la pareja, que parecía decirles ‘este es el camino, ni ese, ni aquél’.

“Yo soy el nieto de Bilea, quien les cuenta esta historia, llena de magia y de amor. El lago que se formó fue llamado ‘lago de Bilea’ porque muchos pensaron que había sido a causa de los ángeles que se había formado y tal vez tuvieran razón.

“El río llegó al mar, el mar los acogió en su seno y del mar se hicieron amigos. El agua y su fuerza no dejan que se forme en los hombres esa costra dura que impide que el amor se exprese de forma libre y pura.

“Quizás por eso se dice que cuando los ángeles en persona bajan un alma del cielo, la tierra es su cuerpo, el fuego su silencio, el aire su sostén y el agua su destino.”

Para Bilea Zammay, 14 de octubre de 2011

Marcelo

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Heavy Metal

Rápido, para que no se me olvide ningún detalle. Como un explorador, que toma nota de sus experiencias, su mirada y su visión de la naturaleza, me apresto a desgranar mi caminata por el recital de Hyedrah y otros grupos, en el Teatro de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en la noche del 25 de febrero de 2011.

Luciana y Sara

No existe edad para el heavy metal, primer y muy importante punto. Crei que al llegar me vería como un extraño entre changos que dirían, ahí viene el abuelo. Pero no, no era ni el más viejo ni el más extraño, pero el color negro predominante en camisetas y pantalones contrastaba sensiblemente con mi remerita terracota y mis vaqueros gastados.

Teatro de Flores

Entrar y que te palpen de armas, o mejor dicho, mirar cómo iban palpando de armas y yo pensando dónde meterme la Victorinox que ya la tengo medio encarnada en el cuerpo. Pero no, la gorda que estaba cuidando que nadie se saliera de su sitio, que metía más miedo que los 4 patovicas que la rodeaban, me miró y me hizo una seña como diciendo: pasá, con esa cara no matás ni una mosca. Yo pensé en mi instructor de la colimba que nos decía que teníamos que poner cara de guerra y yo trataba, trataba y al final siempre explotaba una carcajada, con las consiguientes «salto rana cuerpo a tierra».

Seguridad - Control - Persuación

Poca gente, el Teatro de Flores es muy bonito por dentro, un salón desprovisto totalmente de sillas y rodeado por dos bares en la planta baja y un amplio escenario al frente. Arriba, cubriendo todo el recorrido un espacio que sólo se usa para el sonido y para los curiosos. El mundo metal se desarrolla en el espacio que existe entre el escenario y la pista.

El público llegando

Fue llegando la gente, poco a poco, tranquila, con toda la parafernalia metálica, camisetas de todas las bandas, tachas, cadenas, resaltador de ojos, cabellos negros lustrosos o el blanco ceniza y cadavérico. Y tatuajes de todo tipo y color.

Heavy Girl

Me sentía a mis anchas, observándolo todo. Ya habíamos descargado todo el equipo que habíamos traído con Lucas y él y los músicos ya se aprestaban a salir en un rato, después de la primera banda, que hizo su aparición sin previo aviso. Corsario Negro, de Córdoba y con mucha energía, comenzaron a levantar algo de temperatura a la poca concurrencia.

Corsario Negro

Puedo decir que observé a todos los músicos, los puedo recordar a todos sin siquiera mirar las fotos. Lo hice como un profesional que busca en los detalles, la clave de lo que ocurre internamente. Mientras tanto, comencé a tomar algunas fotos, para poder entender las claves de la luz y el movimiento.

Corsario Negro

Probando la sensibilidad, la apertura del diafragma, la intensidad del flash y la velocidad que mejor se adaptara a lo que quería tomar. Yo esperaba la entrada de la banda de Lucas y sus amigos: Hyedrah. Durante el descanso, se acerca uno de los chicos, Ulises, y me dice: aquí está la remera! y entonces cambié la terracota por la negra, con las letras de la banda estampadas en el pecho. La verdad es que me sentí más a tono con el entorno, para que negarlo no? La otra la hice un bollo y me la guardé en un bolsillo.

Fan de Hyedrah

Y entonces, tan rápido que casi no dio tiempo a nada, hicieron su aparición los 5 músicos de la banda: Lucas con el bajo, Christian en la batería, David con su voz, Federico y Leónidas con sus guitarras.

+ + + H Y E D R A H + + +

Me gustó lo que vi, aunque para ser sincero, me hubiera gustado mucho más con iluminación porque me costó un montón sacar las fotos. Mucho movimiento, poca luz, mala combinación, pero algo salió. Y la verdad es que estuvieron geniales. No escucho metal, pero estaba tan metido que me gustó!

Leónidas - Federico - David - Lucas - Christian

Después el descanso más largo, esperando a la banda invitada por los alemanes. Algo para calmar la sed, cerveza de litro que gracias a la moza me la dividieron en dos, guardándome la segunda parte para el otro recreo… ups, intervalo.

No se qué esperaba, si lo mismo que había visto hasta ahora, pero sin lugar a dudas la iluminación es absolutamente clave para generar el efecto deseado. La aparición de Anvil fue fuerte, con mucha música y mucha luz, para mi placer!!!

Sólo tres músicos, pero que parecían unos cuantos más por el ruido que metían. Gracias a Dios, se me había ocurrido meterme dos kilos de algodón en cada oreja y lo bien que hice. Me acerqué al escenario, donde estaba uno de los parlantes y sentía en el cuerpo el golpe de la batería: PUM! PUM! PUM! FFFFFFFFFFF! hasta la médula. Desde allí pude disfrutar del espectáculo y sacar fotos a gusto.

Anvil en plena acción

Pensaba en el momento en que los tres se habían reunido por la música y mirándose unos a otros se dijeron: y qué tipo de música tocamos? Con estas caras, lo único que podemos tocar es Heavy Metal!!!!

A N V I L

Trepada al parlante había una rubia que no dejó de filmarlos todo el tiempo. En un momento, el guitarrista pela un vibrador de acero y se pone a jugar con él y a hacerlo sonar en la guitarra: increíble!

No pensé que sonara tan bien! En eso la rubia se da vuelta y me explica a los gritos: «EL GUITARRISTA ESTÁ USANDO UN CONSOLADOR!!!». Yo pensé para mis adentros: claro, le explica al abuelo para qué sirve ese cilindro plateado…

Y así se fue Anvil, entre gritos y aplausos, con público de todas las edades. Y la gente, ahora si bastante más que al comienzo, esperando la banda principal. Mientras tanto, dando vueltas, tratando de ubicarlo a Lucas por mensajes de texto para juntarnos en el medio de la pista, tranquis, esperando. Le pido que filme mientras yo saco fotos, ya habrá tiempo de acercarse al escenario.

Lucas, el bajista de HYEDRAH

De pronto se pone todo a oscuras y la gente se empieza a moverse más en dirección al escenario, unas luces detrás del cortinado como en pulsos van dando la pauta de lo que se acerca y la gente ya empieza a aplaudir, a gritar y a moverse más rápido. Abren el telón y las luces son cada vez más fuertes, humo entre los instrumentos, los brazos en alto y de repente, aparecen los músicos con el sonido a tope! La pista estalla! Y nosotros en el medio de ella sacando fotos!

La entrada de Primal Fear

El primer síntoma me debió avisar, sentí en mi costado derecho el frío glacial de una cerveza Quilmes, bien helada! comencé a ver cómo la gente empezaba a empujarse y sin darme cuenta sentí un empujón en la espalda y todo se puso en cámara lenta al estilo Matrix: mi cuerpo se fue hacia adelante mientras mis pies permanecían en el mismo sitio… con esfuerzo deslicé mi pie izquierdo hacia adelante para ponerlo en algún sitio que me permitiera no caer, pero fue inútil… la cerveza desperdigada por el piso no lo permitió. Sentí cómo mi pie volaba hacia un costado, sin poder afirmarse, tomando un extraño giro y de pronto caí… cuando volví a tomar consciencia todavía tenía la cámara en alto, con mi mano derecha, pero me era imposible levantarme. No puedo comprender por qué no encontraba nada firme para apoyarme. Pero así como yo desconocía los códigos, uno de ellos hizo que entre tres o cuatro me levantaran como si fuera una pluma y me depositaran nuevamente sobre mis pies. Lo correcto sería decir sobre uno de mis pies, porque el otro me dolía atrozmente. Lucas seguía filmando tranquilamente aunque fue uno de los que me levantó, claro. Lo cierto es que me fui a un costado y me pareció que no era tan grave. Al fin y al cabo, yo había ido a sacar fotos y no me las iba a perder.

PRIMAL FEAR

Primal Fear es una banda alemana y realmente son buenos. Ese juicio tiene que ver con el hecho innegable que son conocidos, etc. etc. pero eso a mi eso no me importa, es arte y si bien desde la crítica sabrán qué es bueno o malo según los códigos establecidos, es buenos si me gusta y es malo si no me gusta. La voz del cantante es algo que uno dice: para mi que tiene un aparato especial metido en la garganta. Pero parece que no, que es pura voz, a full.

En síntesis, 300 fotos y un par de videos, los oídos todavía zumbando, un esguince y la felicidad de haber acompañado a Lucas en esta historia. Gracias hijo por compartirlo! Estuvo realmente bueno y pienso… no será contagioso?

H E A V Y + M E T A L

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30 de octubre de 1983, las tan esperadas elecciones

Qué días aquellos, qué día aquel. Me fui a votar temprano, para después tener el tiempo libre y recorrer las calles con la cámara. Película Blanco y Negro, la Canon AE-1.

Lo primero es lo primero y me fui bien cerquita de casa, a la Escuela Santa Margarita de Cortona, en la calle López y Planes. Allí votaban las mujeres y comencé el día sacando fotos de las largas colas que se formaban.

Y al frente de la puerta de la escuela, como si las elecciones fueran en otro país, Frutos, que merece un capítulo aparte. El linyera del barrio, durante años, viviendo aquí y allá, sentadito con su saco colgado en el picaporte de la casa, como diciendo «mirá vos cómo votan en este país».

Mientras tanto la gente se agolpaba en las puertas de los colegios y la policía con el ejército «custodiaba» el orden y la seguridad.

Mientras tanto, las esquinas peleadas por los carteles, que en los días anteriores habían cambiado de manos varias veces, se veían casi desiertas.

En la peatonal, las bellas columnas de «mármol», ahora empapeladas hasta la saciedad, son recorridas por despreocupados transeúntes.

Un interesante ejemplo de lo que significaba la pelea por el estar arriba, cientos de láminas de diferentes partidos, unas sobre otras, hasta que casi se caían por su peso.

Y a la noche el festejo, con el infaltable choripan en cada esquina.

La noche se viste de fiesta, como este clon de Raúl Alfonsin en moto.

La gente inundando las calles, con una alegría sin fin.

Y cualquier lugar era bueno para festejar, aquí frente a la Casa Radical, en la Avenida Vélez Sárfield, Córdoba.

Y la sorpresa de encontrarse con uno de los candidatos ganadores: Eduardo Angeloz, saliendo de su propia casa.

Un peronismo abatido por la derrota, pero que juntaba fuerzas para el futuro.

Fue un buen recorrido, aquel del 83, quizás un poco corto por la falta de película tal vez? Porque recuerdo que caminé mucho, mucho, la noche cordobeza, la noche de la alegría, la noche donde comenzábamos a vivir una nueva etapa del país.

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Santa Catalina, Córdoba (al ladito de Jesús María)

No haré ningún tipo de comentario sobre las características de esta iglesia jesuítica. Se puede encontrar mucha literatura en la web de Córdoba. Simplemente, viajando para Santiago del Estero, quise hacer un alto para sacar algunas fotos y compartirlas con amigos. La arquitectura, combinación de piedra y ladrillo, paredes anchísimas, arcadas, rejas de hierro, campanas, capiteles, torres, pircas, pisos y contrafuertes, entre otras cosas, tienen una belleza particular. No soy aficionado a sacar fotos de casas, pero me puse como objetivo relevar todo lo que alcanzara mi objetivo.

El resultado son una serie de fotos, de las cuales pude hacer un par de panorámicas, del patio interno, del interior de la iglesia y algunos otros detalles. Aquí van algunos…

Una foto del frente de la iglesia
La galería donde se hacía el vino
De las columnas de la galería, extraje un trozo de pared de cada una
Una ventana y su reja
Un detalle de las rejas
Los chicos
El interior de la capilla

Y también la que sigue, una foto de aquellos tiempos…

Marcelo y María Eugenia en Santa Catalina, 1966

Como este lugar se confunde con otros, incorporo aquí un mapa que permite ubicar perfectamente el sitio en donde está la iglesia (Punto A: centro de Jesús María y Punto B: por el camino real se llega a la Iglesia de Santa Catalina).

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La basura, pasado y actualidad.

Desde su aparición en la tierra, el hombre ha generado desperdicios. Es en la basura donde buscamos cuando queremos descubrir los secretos de las civilizaciones: «dime qué tiras y te diré a qué clase social perteneces». Eso es tal cual en nuestros días. Podemos ver cómo el tipo de basura que se tira, y su volumen, está totalmente correlacionado con la situación económica del país y de la sociedad.

Tuve la suerte de participar en una campaña arqueológica en Península Mitre, Tierra del Fuego. Mi tarea fue la de hacer una descripción de la morfología en un área de estudio donde un grupo de arqueólogos estaba estudiando un yacimiento en Bahía Valentín, la última bahía del sur de Tierra del Fuego antes que la costa gire hacia el norte en el Estrecho de Le Maire, frente a Isla de los Estados.

Lo que se buscaba allí eran restos de las poblaciones Haush que habitaron esa zona hace unos cuantos años atrás. El objetivo principal de nuestra búsqueda radicaba en encontrar restos que nos dieran una clara idea de quiénes eran, cómo eran, cuáles eran los hábitos alimenticios, la forma en que cazaban, qué tipo de herramientas utilizaban y algunas otras cosas más. Dónde buscábamos? Pues en la basura, en los restos que dejaron a su paso a lo largo de los años.

Mujeres Yamana (Fuente: Expedición Científica Francesa, 1882 en limbos.org.ar)

En el caso de los antiguos habitantes de Tierra del Fuego, es interesante saber que hacían un gran fuego, colocando palos y cueros en contra del viento para refugiarse del frío. Allí hacían su vida y dejaban sus restos. No hay que ir a ningún otro lado para encontrar sus pasos. En otras palabras, dejaban la basura donde vivían y es entendible. Además de ser grupos pequeños, cambiaban de lugar periódicamente y la naturaleza se encargaba de cubrir sus huellas.

Para tener una idea, en uno de los sitios excavados, llegamos hasta los 2 metros de profundidad y llegamos a encontrar cientos de herramientas ya desechadas, restos de conchillas, huesos, cueros y hasta un esqueleto de un bebé. Todo eso era basura acumulada en un par de miles de años.

Hoy nos encontramos con algunos metros más de basura que se acumulan en muy poco tiempo. Cerca de 15 toneladas diarias salen de Buenos Aires rumbo a su destino final: Norte III, del CEAMSE. Qué hace que toda esa basura se vaya acumulando paulatinamente? Somos mucho más que dos. Millones de personas conviviendo en un espacio reducido, una efervecencia de «packaging», «marketing», y otros «ing» que hacen que no pensemos ni cuando compramos, ni cuando nos desacemos de tanto cartón, plástico y metal.

No podemos volver a la época de los Haush, Yamanas u Onas, pero algo podemos y debemos hacer con nuestra basura. No me voy a poner a hacer un listado con aquellas cosas que se pueden hacer, hay cientos de páginas y de estudios de lo que podemos hacer respecto a esto. Simplemente quiero llamarnos a la reflexión a través de mi propia experiencia, para pensar un poco más.

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Viaje a Konia

Regreso de Konya con una suave sensación… que traducida a un lenguaje común perderá parte de su significado, pero algo de eso pasa cuando uno comparte sus cosas más íntimas.

Tumba de Rumi

La vieja costumbre de la hospitalidad se hizo presente en cada lugar en donde estuvimos. Sólo se quebraba cuando, sin querer, rompíamos algunos de esos esquemas, ritos o costumbres de la gente del lugar. Sin embargo, allí también hubo comprensión y acercamiento. Nosotros con nuestras historias, tanteando, curioseando y tratando de descubrir en cada paso algo de esta cultura milenaria, de su gente, sus costumbres, sus creencias.

El delicado equilibrio entre ser turista y no serlo, o ser un peregrino con algo de turista. Sentirse por momentos con el derecho de entrar por su puerta, no por la de las hordas de curiosos que tanto molestan. Y darse cuenta que no somos como ellos y que tampoco es necesario serlo, ni hacer lo que ellos hacen porque ya tenemos lo nuestro y a veces un poco relegado.

Y cada lugar con lo suyo, esa hermosa mujer en la tumba del cocinero de Rumi, que nos miraba entre sorprendida y curiosa, tanto como nosotros a ella. Esas zapatillas ordenadas, ese poquito de sal lleno de amor, ese jardín encantado, ese té compartido. Pasear por las calles de Konya buscando los lugares indicados y la gente que se para y que quiere ayudar. Los que nos acompañan un trayecto y nos dice «Aquí es» en un idioma universal y el agradecimiento que se repite: «Teshekur ederim» y gracias una y otra vez.

Candeleros en la tumba de Rumi

Cuando uno llega a Turquía, lo primero que tiene que aprender a decir es, sin lugar a dudas, gracias.

Y una y otra tumba. En mi vida pensé que iba a visitar tantas y que en cada una podría beneficiarme, o no, porque yo sé que tengo una indicación clara, pero a veces las sensaciones son tan diferentes, variadas, contradictorias. Y no quiero confundirme, ya que como aquí me sentí mejor, este lugar es más energético. O porque aquí me echaron porque era la hora de la oración, este lugar es menos fuerte o es tal o cual cosa. Creo que cuanto más pienso, más posibilidades de confundirme tengo y en cuanto a las emociones tengo que tener mucho cuidado a la hora de interpretarlas.

Saber que en tal madrasa enseñó Rumi es como estar en cualquier lugar donde algo importante pasó. Pero saber que fue Rumi y no otro, cambia la perspectiva del asunto. También influye en mí, como en muchos, el entorno. En la tumba de Rumi se unen dos situaciones, la gente y el lugar. Yo me pregunto, habremos estado en el momento correcto? Pienso que sí.

Músicos derviches

Pero entre curiosos, turistas y peregrinos la cantidad de gente agobia un poco. El lugar está preparado para impactar e impacta. No vi tumbas como las del Mevlana y aunque no me sentí embargado por «mil emociones diferentes», quedé impresionado. En mi mente quedaron las imágenes claras, suenan en mis oídos los roncos gemidos del ney, aunque no recuerdo los olores siento esa suave sensación que queda manifiesta en mi corazón.

Y también está lo pasajero, lo ritual y lo burdo que no puedo evitar. Y aunque sé que no es importante, todavía caigo en mojar el tasbi con «el agua de la fuente de la tumba de Rumi!». Y me pregunto: para qué?! Y me vuelvo a preguntar: servirá para algo ese pétalo colocado entre dos papelitos? Y esa suave sensación vuelve y desplaza con cariño y comprensión al idiota.

Pero el tasbi ha sido mojado y el pétalo conserva todo lo que debe conservar.

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Capítulo 10 – Final a duo

Corrían hacia nosotros pidiéndonos ayuda. Sabían que nosotros teníamos el antídoto. Porque estábamos subidos al pedestal. Desde allí impartíamos… Bondad… Justicia… Piedad… (Cueq, cueq…) Omnidad… (Cueq, cueq…)

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