Inspiración

Es curioso que la palabra “inspiración”, que sirve para describir un estado que nos permite crear algo, desde nuestro intelecto o desde nuestro corazón, usando técnicas o no, materiales de todo tipo y color, gusto, tacto, olor o sonido, sea la misma que describe la acción de llevar aire a nuestros pulmones.
Es curioso y no tanto, porque el oxígeno, que está en el aire con muchas otras partículas, nos permite vivir y de otra forma, no podríamos ni siquiera agarrar un pincel. Permítanme jugar con un poco con la obviedad y ser algo coloquial.
¿Es parte de la creación el acto de inhalar? El recién nacido lo necesita una vez que sale del vientre materno. La inspiración se convierte en vida y es una necesidad. No deseamos inspirar para introducir aire en nuestros pulmones, lo hacemos como un acto instintivo.
¿Por qué entonces llamamos inspiración (del artista) a un acto que no necesariamente necesitamos para vivir? O sea tal vez que si lo necesitamos para poder desarrollar una parte importante de nuestras vidas. Y no necesariamente tenemos que brillar para que eso ocurra, eso es cosa del ego. Aquí estamos con nosotros mismos, en el acto de creación estamos totalmente solos.
La expiración será entonces el acto de crear en sí mismo, cuando uno devuelve el aire en parte transformado. Habrá menos oxígeno y más dióxido de carbono, muy bueno para las plantas. Cuando uno expira devuelve, cuando uno crea devuelve lo que inspiró. Entonces el crear no sería un acto generoso, sino un acto al que se está obligado, casi instintivo, como sacar el aire de los pulmones.
Pero también lo podemos ver como una ida y vuelta: tomo y doy, doy y tomo.
¿De dónde sale la inspiración del artista? No lo sé. En realidad tampoco me interesa mucho de dónde sale, sino simplemente que salga. ¿De dónde toma el artista el oxígeno para su creación? Tampoco lo sé, pero vamos a intentar una aproximación.
Los estados de ánimo son una fuente de inspiración. Puedo estar triste y escribiré poemas, puedo estar alegre y pintaré cuadros, puedo estar deprimido y tomaré pastillas… Alto! No hay artista exitoso que no haya generado sus mejores obras en un estado de depresión…
Esto no es cierto… o si lo es, tal vez, pero lo acabo de inventar y suena interesante.
Ese estado en el que nos sentimos desfallecer y que nos permite ver cosas que de otra forma no vemos. ¡Eso es! El oxígeno que ingresa en los pulmones del artista, o del que va a serlo y no lo sabe, genera una visión interna, que puede tener muchas formas y que produce el estado de creación.
Tal vez es verdad lo que atribuyen a Picasso, eso de “la inspiración tiene que encontrarte trabajando”. 50% inspiración y 50% trabajo.
Pero sin lugar a dudas, y para no hacerlo muy largo, el amor es el combustible más poderoso para el artista. Lo puede llevar hasta los confines de la creación, levantar los muertos, abrir los cielos y darnos la oportunidad de sacar de nosotros lo mejor que tenemos.

Desde bambalinas

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